Durante la feria de Zacatecas, los miembros del patronato y del gobierno del
Estado planean rendir un homenaje a la familia ganadera de los Llaguno.
Este año se cumplen 100 años de la llegada a México, procedentes de España, de seis
vacas y un semental de la sangre del Marqués de Saltillo, después de que don Antonio Llaguno
lograra que el ganadero español Antonio Rueda Quintanilla le vendiera esas vacas. Posteriormente
llegaron otras dos vacas de la misma procedencia.
D. Antonio y su hermano Julián ya habían fundado la ganadería de San Mateo a
principios del siglo pasado.
La ganadería de San Mateo es llamada “la ganadería madre” porque de ella,
principalmente, se han formado el resto de las ganaderías del país con sangre de Saltillo y después
la de Piedras Negras que también tiene ese simiente.
Don Antonio logró rescatar la vacada zacatecana a punto de perderse por los
embates de la Revolución y se llevó el ganado a Michoacán estableciéndose en el rancho El Cuatro. A
su muerte, la ganadería la hereda su hijo José Antonio García, quien después se hizo socio con
Ignacio García Villaseñor.
Con anterioridad, D. Antonio y su hermano Julián se separan. D. Antonio se
queda con San Mateo y don Julián funda la ganadería de Torrecilla. A la muerte de D: Julián se
divide la ganadería y una parte se le queda a Dña. María, quien junto con su esposo Valentín
Rivero, funda la ganadería de Valparaíso; José Antonio Llaguno Ibargüengoitia se queda con el
hierro de Torrecilla y José Julián Llaguno lidia con su nombre; D. Manuel Ibargüengoitia
Llaguno funda la ganadería de San Antonio de Triana. Todas ellas en Zacatecas.
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