Se trata de una definición de comienzos del siglo XX, que
aparece en El Imparcial Taurino
, de Bilbao, en
1903: “ Jabonero, el
toro cuya piel, aunque blanca, es sucia, y tira a un color
amarillento, no tan limpio como el del caballo que se llama
perlino. Es el color entre el ensabanado, cuya piel es
completamente blanca y sin mezcla de pelo de otro color, y el
barroso; pero no hay que confundirlo con el albahíno. Siempre más
limpio y pajizo que el jabonero.”
“Mensajero, jabonero, sucio como el cuarto es; veremos
lo que Moreno en este toro va a hacer.”
Enrique Minguet, La
Coleta ( 1906).
|