Del siglo XVII existen documentos que acreditan la utilización de mulillas en
forma similar a como hoy sucede. Así, J. Silva Aramburu señala el siguiente dato histórico: “…en
1636, en las fiestas ofrecidas al Príncipe de Gales, pretendiente de la infanta doña María, hermana
de Felipe IV, el corregidor de la entonces Villa y Corte, don Juan de Castro y Castilla, engalanó a
los animales susodichos “con gualdrapas de tela de plata con armas reales, grandes montes de
penachos y pretales con mucha cascabelada”, según se dice en las “Cartas de algunos PP. de la
Compañía de Jesús” que figuran en el Memorial Histórico Español”.
También se denomina a las mulillas, en menor medida, mulas y mulitas.
Los látigos chasquean,
agitan las mulillas
en su carrera locas campanillas…
MANUEL MACHADO, La Fiesta Nacional.
Tres buenas mulas sacaron
las dos bestias que murieron
y otras tres mulas salieron
y al cornúpedo arrastraron
“BAJONAZO”, Los Toros (1886)
Cuando las mulillas trotan
entre trallazos donceles
toda la plaza alborotan
con músicos cascabeles” (Gerardo, p. 225: Las mulillas)
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