335 toros lidiados durante dos años, procedentes de 54 ganaderías y distribuidos entre cinco ecotipos o castas (Gallarda, Jijona, Vazqueña, Vistahermosa y varias) son tipificados mediante cinco sistemas de grupos sanguíneos (FV, J, L, Z, T1) y cinco  polimorfismos bioquímicos (Hb, Al, Tf, Am y Ca). Calculadas las frecuencias génicas, mediante las dócimas de homogeneidad correspondientes, se constata la variabilidad genética existente entre las castas. Posteriormente se calcula la matriz de distancias genéticas D, de NEI, entre diez agrupaciones de la raza de lidia (5 castas y 5 ganaderías) y la raza Retinta. Su estudio permite concluir que considerar a las castas de la ganadería brava como unidades zootécnicas no tiene sentido, ya que, desde un punto de vista genético, la raza de lidia se encuentra estructurada en ganaderías que poseen una estructura genética peculiar y distinta de las restantes y de otras razas bovinas españolas.